Ley 2/2017, de 28 de marzo sobre Memoria Histórica y Democrática. Celebración del Día de la Memoria
Histórica y Democrática en los centros docentes de la Comunidad Autónoma andaluza para el próximo
día 14 de junio para recordar y honrar a
quienes se esforzaron por conseguir un régimen democrático y lucharon contra la Dictadura franquista.
Las actividades que vamos a realizar os darán a conocer un periodo del cual deberíamos saber todos y todas desde varios puntos de vista y en varios cursos, luego cuando estos temas se tratan en la asignatura correspondiente (Ciencias Sociales e Historia de España) y en el curso donde están esos contenidos (4º ESO o 2ºbch), tenemos un temario tan amplio y unas horas tan limitadas que difícilmente se tratan como deberían. Por lo tanto, aprovechamos este día a final ya de curso para dar unas pinceladas de lo que fue este periodo histórico y rendir homenaje a las personas represaliadas por defender la democracia. Daremos un papel especial a la mujer cuyas conquistas fueron enterradas y que sufrieron igualmente la represión de la dictadura y la vuelta a su papel secundario que tanto está costando igualar
-Introducción: El periodo histórico de 1931 a 1936 y el golpe de Estado. La Guerra civil.
A.¿Qué sabéis?
1.La represión:
-Lugares de la Memoria
https://www.eldiario.es/andalucia/Lugares-Memoria-Historica-barbarie-fascista_0_348565146.html
https://juntadeandalucia.es/organismos/culturaypatrimoniohistorico/servicios/mapa/lugares-memoria-historica.html
-Fosas de la guerra
https://juntadeandalucia.es/organismos/culturaypatrimoniohistorico/areas/memoria-democratica/fosas/mapas-fosas.html
https://drive.google.com/file/d/1RbbomCD2J3YlzKDMjzjZb1K_J5br6-Va/view?usp=sharing
-Documento sobre una sentencia de muerte
2.La mujer:
-Logros que se perdieron tras la guerra:
En 1931, cuando llegó la República, se consiguieron varias cosas importantes para la mujer:
A. Las primeras diputadas de un parlamento democrático: Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken
https://docs.google.com/presentation/d/1SUKnNlxPUA0ZPmO4kOuBhpL-BIrQ36iVQ_9wTANamU8/edit?usp=sharing
B. El derecho a votar de las mujeres: 1 de Octubre de 1931
C. El matrimonio igualitario, hombre y mujer debían ser iguales en la pareja y eso da lugar al derecho al divorcio en 1932.(Art.43)
D. Igualdad en el trabajo, las mujeres debían tener sueldo, horarios, seguros de enfermedad y de paro igual que los hombres (Art. 46)
E. Derecho a la maternidad, no se podía despedir a una mujer por estar embarazada o estar de baja por nacimiento de su hijo (Art. 46)
F. Las maestras de la República, se construyeron miles de colegios y se abrieron muchas plazas de magisterio que fueron ocupadas la mayoría por mujeres que empezaron a dar clase en zonas rurales donde la gente era analfabeta. Muchas de esas maestras y maestros fueron fusilados, encarcelados o perdieron su trabajo durante la guerra y la dictadura
-El papel después de la guerra:
Durante la dictadura de Franco, el papel de la mujer fue otro
https://drive.google.com/file/d/14UDjGTrZ0JCa3KDNNFYHpB-JiRlntEXy/view?usp=sharing
-Conclusión y opiniones. Un vistazo al pasillo de 2º y la entrada.
jueves, 13 de junio de 2019
martes, 21 de mayo de 2019
martes, 12 de marzo de 2019
Trastámara
Carlos V tenía sangre Trastámara por parte de su madre, Juana «La Loca», pero a esas alturas era el último e intrascendente rastro que quedaba de una dinastía que había vertebrado la historia de Castilla, primero, y luego la de Aragón.
Con Fernando y su hija Juana murió la dinastía que Enrique de Trastámara había empezado el 14 de marzo de 1369 en una sangrienta noche en Montiel. Tras casi 20 años en guerra –donde Enrique de Trastámara y su hermano Pedro I «El Cruel» (o «el Justiciero», dependiendo del bando) se disputaron la Corona de Castilla, involucrando a numerosos reinos vecinos, ambos se encontraron frente a frente en Montiel. «¿Dónde está ese judío hideputa que se nombra Rey de Castilla?», gritó Enrique de Trastámara, hermano bastardo del Rey, antes de enzarzarse en un duelo fratricida que dio a Castilla un nuevo Rey y origen a una nueva dinastía: Enrique «El Fratricida» de los Trastámara.
La guerra entre los dos hermanos empezó con la repentina muerte de Alfonso XI de Castilla, en 1350, a causa de la peste, cuando solo contaba 40 años. La Corona de Castilla cayó por sorpresa en un joven Pedro I. Hasta entonces, el joven príncipe había estado aislado de la Corte junto a su madre María de Portugal, que había sido desplazada por la hermosa amante del Rey, Leonor de Guzmán y por los diez hijos frutos de esta relación extramatrimonial. Enrique de Trastámara fue uno de los hijos de Leonor.
El Conde Trastámara le hace la guerra a Pedro I
Mientras Pedro permanecía marginado, Enrique recibió numerosas tierras. El fallecimiento de Alfonso XI revirtió la situación. Con la llegada al poder de Pedro I y de su madre María de Portugal, los hijos de Leonor perdieron el apoyo de buena parte de la nobleza y tuvieron que huir de la corte.
La guerra civil costó muchas vidas a ambos bandos. Leonor y varios de sus hijos fueron ejecutados por orden del Rey, que fue apodado a la postre como «El Cruel». A su muerte, en 1369, terminó el reinado de la Casa de Borgoña en Castilla y empezó el de la Casa de Trastámara. Enrique II se presentó ante sus súbditos como un continuador de las obra de su padre, Alfonso XI.
A la muerte de Enrique le sucedió en el trono castellano su hijo, Juan I de Castilla, que también tuvo que luchar para defender sus derechos al trono frente a los descendientes de Pedro «El Cruel». En julio de 1380 se firmó en Estremoz un acuerdo secreto que preveía una acción angloportuguesa sobre Castilla para sustituir al trastámara por Juan de Lancaster, casado con la hija de Pedro «El Cruel». La operación fue un fracaso y, de la enemistad con Portugal, se pasó de golpe a la amistad a través de la boda de Juan y la hija del Rey luso.
Se afianzan en Castilla, desembarcan en Aragón
La derrota castellana en Portugal llevó a pensar a Juan de Lancaster que se trataba de un momento excelente para volver a reclamar el trono castellano e incluso el Papa Urbano VI se prestó a ello. Le reconoció como Rey en abril de 1386. No obstante, la dinastía Trastámara reaccionó reorganizando su ejército y sus estructuras políticas para hacer frente a la amenaza inglesa. Cuando los ingleses desembarcaron en La Coruña en julio de 1386 no hallaron el reino desarticulado que esperaban, sino todo lo contrario. Avanzaron a través de Galicia, tierra afín a Pedro «El Cruel», siendo coronado Rey en Santiago de Compostela y plantada su corte en Ourense. Hasta aquí llegaron sus pretensiones.
Castilla se defendió a las incursiones inglesas y la superioridad de su flota forzó a Juan Lancaster a renunciar a la Corona a cambio de una compensación económica. Tras años de cierta estabilidad, Juan I de Castilla falleció el 9 de octubre de 1390 , dejando el poder en un consejo de regencia hasta que su hijo Enrique III alcanzara la mayoría de edad.
Lo más reseñable para los Trastámara en materia internacional en los siguientes años a la muerte de Juan I fue el desembarco de la dinastía fratricida en la Corona de Aragón. El largo reinado de Pedro IV de Aragón finalizó con una sensación de crisis general y con la banca catalana arruinada. Le sucedió su hijo Juan I «El Cazador», cuyo reinado se caracterizó por el desorden administrativo y financiero en Aragón, y a éste le siguió su hermano Martín «El Humano», hasta entonces gobernador de Sicilia.
En 1410, Martín I moría sin dejar hijo varón vivo ni hermano al que dar la Corona.
Ante esta situación se decidió que el sucesor de Martín I sería el que designara un Parlamento General de la Corona, para lo cual se reunieron en febrero de 1411 en Calatayud las Cortes de Aragón . La disputa, sin embargo, evolucionó en enfrentamiento abierto entre los dos principales candidatos a suceder a Martín: Jaime II de Urgel y Fernando de Trastámara, el de Antequera, Infante de Castilla.
Fernando de Antequera era hijo segundo de Juan I de Castilla y de Leonor de Aragón, hermana del Rey aragonés Martín «El Humano», lo que le convertía en un sólido candidato al trono. No en vano, fue su capacidad económica (su red de señoríos era enorme), su sólido prestigio militar y el ejército castellano a su disposición lo que le entregó la Corona en 1412. A través de una serie de acuerdos con Jaime II de Urgel –lo que vino a certificarse en el Compromiso de Caspe–, Fernando prendió la dinastía Trastámara en Aragón. La perpetuaron dos de sus hijos, Alfonso V «El Magnánimo» y Juan II (padre de Fernando «El Católico»).
El caos de Juan II y Enrique «El Impotente»
Mientras tanto en Castilla Enrique III pacificó a la aristocracia y restauró el poder real, apoyándose en la pequeña nobleza. A la muerte de Enrique «El Impotente» (se sospecha que envenenado por orden de su hermana) aconteció una guerra de sucesión entre los partidarios de su hija Juana «La Beltraneja» y la hermanastra del Rey, Isabel. La joven y su esposo, Fernando, heredero de la Corona de Aragón, se impusieron en la guerra. Dos descendientes Trastámaras reinarán al fin juntos en los dos principales reinos hispánicos.
La unión de reinos fue el gran logro de esta generación de los Trastámara, pero la dinastía no vivió para ver completado el proceso. Los Reyes Católicos casaron a dos de sus hijos, Juan y Juana, con dos vástagos del Archiduque Maximiliano de Austria con el objetivo de alejar la amenaza francesa que se cernía sobre las posesiones aragonesas en Italia. La alianza entre los Austrias (la dinastía Habsburgo) y los Trastámara también implicaba a la familia real portuguesa, los Avis, y de forma puntual a los Tudor a través del matrimonio de Catalina de Aragón con Enrique VIII de Inglaterra. No en vano, la prematura muerte del infante Juan de Trastámara, el único hijo varón de los Reyes Católicos en llegar a adulto, terminó precipitando el desplazamiento de la casa reinante en España por los Habsburgo.
martes, 5 de febrero de 2019
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